Categoría: Vídeos

Retrogradando

Decía en el post anterior que me encontré por casualidad con la superstición del Mercurio Retrógrado buscando figuras o vídeos para explicar la retrogradación de los planetas. En realidad, ha habido tres tipos de explicaciones, y cada una marcó una época en la astronomía.

La primera fue la de Eudoxo de Cnido, un brillante matemático discípulo de Platón. Desde hacía tiempo los astrónomos griegos coincidían en que las estrellas estaban fijas a una gigantesca esfera celeste, concéntrica con la esfera terrestre y que giraba a su alrededor. Eudoxo imaginó al Sol fijo sobre una tercera esfera, cuyo eje estaba pinchado en la esfera celeste y que por tanto era arrastrada con ella, pero que tenía un lento movimiento propio en sentido contrario (una vuelta cada 365 días) que explicaba su retraso respecto de las estrellas. El eje de la esfera del Sol no coincidía con el de la esfera celeste, y esta inclinación explicaba que el Sol unas veces estuviera más lejos de la estrella Polar (en invierno) y otras más cerca (en verano, como en la figura siguiente).

EsferaCelesteYEsferaDelSol

El modelo de las dos esferas (celeste y terrestre) al que se ha añadido la esfera del Sol, como propuso Eudoxo. Como ésta gira en sentido contrario lentamente, el Sol tarda un poco más en dar una vuelta completa que las estrellas. Cada vuelta de estas, el retraso es de 1/365 de un día = 4 minutos. Por eso el el Sol tarda 24 horas en completar su vuelta en vez de 23 horas y 56 minutos, como las estrellas.

El movimiento de la Luna se explicaba de manera totalmente análoga, pero ¿qué hacer con los planetas? Ante todo, su movimiento promedio respecto a las estrellas se explicaba igual que el del Sol o la Luna: añadiendo una esfera con un movimiento propio, pinchada en la esfera celeste y arrastrada por ésta. Pero ¿cómo conseguir que “vagabundearan”, unas veces acelerándose y otras frenándose?

Aquí Eudoxo demostró su genialidad: ideó un mecanismo de dos esferas, girando una en sentido contrario de la otra, que producían una trayectoria en forma de ocho (técnicamente llamada hipópeda). Copio la explicación sacada de De Tales a Newton (el libro):

En la siguiente figura vemos une esquema con las dos esferas y el punto X, que representa un planeta, sobre el ecuador de la esfera interior. En (a) vemos los respectivos ejes EF y GH. Si los dos ejes coincidieran, como giran en sentidos contrarios, el movimiento de una esfera contrarrestaría al de la otra y X no se movería. Pero como los ejes forman un cierto ángulo, el punto X traza la figura en forma de 8 dibujada en (b) (donde ahora se ha cambiado el punto de visión de modo que el plano de los ejes es perpendicular al del papel). Al superponerse el movimiento de las esferas exteriores, el bucle proporciona las retrogradaciones.

HipopedaDeTalesANewton

(a) Las dos esferas de Eudoxo para conseguir una retrogradación. Ambas giran en sentidos contrarios con el mismo periodo. El punto X representa un planeta. (b) La misma construcción en la que el punto de vista ha girado 90º. Se ha dibujado la figura descrita por el planeta desde este punto de vista. La escala es la misma en ambos dibujos, pero la amplitud vertical del bucle se ha exagerado mucho.

Podemos ver esta construcción en movimiento aquí (no apto para propensos al mareo):

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Las dos esferas de Eudoxo, que dibujan la hipópeda, en movimiento (para mejor visibilidad, sólo se ha dibujado un meridiano de cada una). El punto que representa al planeta está fijo en el meridiano rojo. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Eudoxus_of_Cnidus

Ahora, como hemos dicho, si estas dos esferas se montaban sobre las dos anteriores, el “ocho” se superponía al movimiento promedio, y en el tramo que era recorrido hacia atrás daba lugar a la retrogradación. Eudoxo conseguía algo notablemente difícil, aunque al precio de usar cuatro esferas para cada planeta: explicar su movimiento irregular mediante la superposición de giros uniformes de esferas.

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Las cuatro esferas que Eudoxo necesitaba para explicar el movimiento de un planeta. La más externa es la esfera celeste, la siguiente, la que da cuenta del movimiento promedio del planeta, y las dos interiores, las que dan lugar a la hipópeda. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Eudoxus_of_Cnidus

Podemos ver todo el sistema en acción en este vídeo (pero ¡sólo hasta el minuto 1:30!)

Seguramente Platón, que por motivos filosóficos defendía que todos los movimientos astronómicos debían ser circulares y uniformes, estaría orgulloso del logro de su discípulo. Pero los astrónomos, apegados a las observaciones, pronto encontraron problemas en el modelo de Eudoxo. Aunque explicaba cualitativamente el vagabundeo de los planetas, no lo hacía cuantitativamente: no permitía hacer predicciones.

Los astrónomos no podían permitirse esas inexactitudes, y tuvieron que afrontar otra vez el rompecabezas. Un par de siglos después tenían una nueva solución: el modelo de epiciclos. Y, remarcablemente, seguía utilizando movimientos circulares y uniformes… ¡y era más sencillo!

Lo vemos en el mismo vídeo de antes, si lo abrimos a partir  del minuto 1:30: nos olvidamos de las esferas y el planeta gira en un círculo (epiciclo) cuyo centro gira a su vez en torno a la Tierra (en otro círculo, llamado deferente). Periódicamente, las velocidades sobre epiciclo y deferente van en sentido contrario, se restan, y se produce la retrogradación.

Esta explicación de las retrogradaciones duró más de 1700 años, pero se acabó abandonando cuando por la explicación actual Copérnico, Kepler y Galileo abrieron una nueva época en la astronomía. ¿Cuál es esa explicación? Como el post ya es bastante largo, no voy a entretenerme: miren el vídeo a partir del minuto 2:19 y  lo verán.

Dulce Newtondad

¿Quién ha sido la persona más influyente de la historia? Seguramente muchos dirán que Jesucristo (yo me incluyo). Sin embargo, hay voces autorizadas, como el astrofísico Michael Hart, que no están de acuerdo: en su célebre lista de 1978, el número uno es Mahoma… a pesar de que por entonces Jomeini aún no había llegado al poder y Bin Laden era un anónimo estudiante de ingeniería. Hart argumentaba que, siendo el cristianismo la religión más extendida y que más ha marcado a la humanidad, no se puede considerar a Jesucristo su único fundador, porque San Pablo tuvo un papel decisivo, a diferencia del caso del Islam, creado íntegramente por Mahoma. Por eso coloca a Jesucristo tercero en la lista, y a Pablo de Tarso en el sexto lugar, tras Buda (4ª posición) y Confucio (en el 5º puesto).

Polémicas aparte, el lector atento se habrá dado cuenta de una cosa: hemos mencionado al primero, el tercero, el cuarto y el quinto de la lista de Hart, pero ¿quién es el segundo? Ese mismo lector seguro que sabe ya responder a la pregunta: sólo puede ser Isaac Newton.

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Y en efecto, puede haber discusión para  elegir al personaje más importante de la historia de las religiones, pero por suerte eso no pasa con la historia de la ciencia: nadie bien informado puede negar el puesto de honor a sir Isaac Newton.

Otro Isaac, el buen doctor Asimov, lo explicaba en su libro Cien preguntas básicas sobre la ciencia:

¿Quién fue, en su opinión, el científico más grande que jamás existió?

Si la pregunta fuese “¿Quién fue el segundo científico más grande?” sería imposible de contestar. Hay por lo menos una docena de nombres que, en mi opinión, pueden aspirar a esa segunda plaza. Entre ellos figurarían, por ejemplo, Albert Einstein, Ernest Rutherford, Niels Bohr, Louis Pasteur, Charles Darwin, Galileo Galilei, James Clerk Maxwell, Arquímedes y otros. (…) Pero como la pregunta es “¿Quién es el más grande?”, no hay problema alguno. En mi opinión, la mayoría de los historiadores de la ciencia no dudarían en afirmar que Isaac Newton fue el talento científico más grande que jamás haya visto el mundo. Tenía sus faltas, vive el cielo: era un mal conferenciante, tenía algo de cobarde moral y de llorón autocompasivo y de vez en cuando era víctima de serias depresiones. Pero como científico no tenía igual.

Decir que “tenía sus faltas” es muy amable para con Newton (¡por algo llamaban a Asimov “el buen doctor”!): en realidad sir Isaac era un personaje sumamente antipático en lo personal, que se peleó con todos sus rivales científicos, dirigió con especial crueldad la Casa de la Moneda (encargándose personalmente de que se ahorcase a los falsificadores) y al que su ayuda de cámara sólo vio sonreír una vez en décadas. Un mal bicho, en resumen… pero el mayor genio científico de la historia.

Pero ¿qué tiene que ver Newton con la Navidad? Aquí lo explica Sheldon Cooper…

…pero si quieren saber más, les recomendó el podcast de El Independiente en el que converso con Mario Viciosa sobre el que es, sin sombra de duda, el mayor científico de la historia.

[Mas podcasts de De Tales a Newton aquí]

Cuestión de punto de vista

Todos hemos visto esos bonitos vídeos en time-lapse que resumen unas horas en pocos segundos: las nubes se mueven a toda velocidad, las estrellas giran majestuosamente a lo largo de la noche…

Este gif le da un giro (nunca mejor dicho) inesperado al tema:

El autor simplemente ha estabilizado las estrellas, que aquí están literalmente fijas, y la consecuencia es vemos que la Tierra se mueve: es sólo un cambio de punto de vista, pero es el  que nos llevó de Ptolomeo a Copérnico.

(Lo encontré aquí, parece que la fuente es ésta)

This is the way to explain it

Eso es lo que dice hacia  el final del vídeo Burkard Polster, un profesor de matemáticas australiano, más conocido en Youtube como Mathologer, y creo que tiene razón. Su explicación de la identidad de Euler (por qué e^{i \pi}=-1) es un prodigio: el mejor vídeo de matemáticas que he visto nunca.

(está en inglés, pero pueden activarse subtítulos en español)

Historia de la ciencia: ¿es posible ser pop sin ser whig?

No es frecuente tener una hora entera libre para ver una charla sobre historia de la ciencia, pero tal circunstancia es quizá un poco menos improbable en vacaciones… Así que les dejo para el mes de agosto el vídeo de la conferencia que di hace ya seis meses en la Universidad de Navarra: Historia de la ciencia: ¿es posible ser pop sin ser whig?

¿Qué significan esas palabrejas? Bueno, si ven el vídeo lo entenderán…

¡Felices vacaciones!

Potencias de diez

Posiblemente el mejor vídeo científico de la historia: “Potencias de diez”. Aquí lo tienen:

[Actualización: aquí está en español. Hay un pequeño desfase entre el audio y la imagen, pero se sigue bien]

Como todas las obras maestras, esta no se creó por casualidad. Tuvieron que confluir un gran físico, Philip Morrison, y dos magos del diseño, Ray y Charles Eames, para crear este clásico que, por poner sólo un dato, tiene artículo en la Wikipedia en diez idiomas. Desde 1977 se ha inventado casi todo en materia de efectos especiales, pero no creo que se pueda superar la elegancia intemporal de estos 9 minutos.

Durante mucho tiempo Potencias de Diez no se podía encontrar en Youtube, por problemas de copyright. Quizá ahora se hayan solucionado, porque (gracias a un comentario de Jorge Redondo, aquí) he descubierto un canal con películas de los Eames, muchas de divulgación científica. Toda una experiencia.

Nota: Hay también un libro magnífico, de Philip Morrison, basado en el vídeo. Por desgracia está descatalogado en español y sólo se encuentra (caro) de segunda mano. En inglés sí puede conseguirse fácilmente.

 

El bochornoso caso del clérigo saudí

¿Se han enterado ustedes del caso del clérigo saudí que niega el movimiento de la Tierra? Veánlo aquí:

Las redes sociales se han puesto al rojo con las burlas y los sarcasmos. Mientras escribo esto, hay ya varios miles de tuits con el hashtag #cleric_rejects_rotation_of_Earth. Realmente bochornoso: un caso lamentable de necedad y fanatismo.

Pero no me refiero al pobre clérigo. Hablo de los tuiteros. 😉

Reírse de la ignorancia ajena nunca es un gesto elegante. Y menos cuando lo que se hace es poner al descubierto la propia. El clérigo argumentaba, los tuiteros se burlan o insultan.

¿Qué pruebas tenemos de que la Tierra se mueve? La inmensa mayoría no sabrían responder. Lo sé porque he hecho la pregunta a mucha gente.

*

Pero vayamos por partes. Podemos reducir el razonamiento del clérigo a esto: yo puedo ir de Arabia a China en un avión, viajando hacia el este. Pero si la Tierra girase en torno a su eje, el suelo se movería muy deprisa hacia el este bajo el avión, y éste nunca daría alcance a China.

No es un argumento en absoluto despreciable:

  1. Para empezar, el saudí sabe que la Tierra es redonda, sabe que si se moviera giraría hacia el este (muchos de mis alumnos no tienen claro esto) y sabe que lo haría a más velocidad que un avión. En efecto, los 40.000 km del ecuador divididos entre 24 horas dan 1666 km/h.
  2. Números aparte, este argumento fue planteado por algunos de los más grandes sabios de la historia. Aristóteles y Ptolomeo dijeron algo parecido, aunque lógicamente hablaban de pájaros y no de aviones:

Si la Tierra efectuara su colosal revolución en tan corto periodo de tiempo, los cuerpos que no estuvieran apoyados sobre su superficie parecerían tener el mismo movimiento pero en sentido contrario, con lo que ni las nubes, ni ningún animal volador o cuerpo arrojado al aire daría la sensación de dirigirse hacia el este, pues la Tierra siempre les precedería en tal dirección.

Son palabras de Ptolomeo citadas por T.S. Kuhn en su estupendo libro La revolución copernicana (que recomiendo a todos los tuiteros)

Llegados a este punto, ¿sabría el lector explicar qué falla en el argumento? Como aquí no estamos en Twitter, quiero hacerle pensar, así que dejo la respuesta para el próximo post

¡Alcachofa!

¡Alcachofa! podría ser un insulto, una maldición del capitán Haddock, pero no. No hablamos de Tintín sino de Artichoke, un grupo de rock que me ha descubierto Sergio García, nuestro anfitrión en SER Henares.

Sergio buscaba una sintonía para “De Tales a Newton” en la radio y me propuso esta canción, una divertida biografía del genio de Cambridge:

(la letra, en inglés, al final del post) Yo la acepté encantado, y ahora pueden oírla en los últimos programas emitidos. Pero los Alcahofa no cantan sólo a Newton: tienen nada menos que un disco doble con 26 canciones dedicadas a 26 científicos… ¡de la A a la Z! (de la paleontóloga Mary Anning al filósofo del movimiento, Zenón).

Todo un tour de force, pero no el único: también se han atrevido a hacer un disco de versiones acústicas y pastorales de los Sex Pistols (nada menos):

En fin, que en este blog ¡alcachofa! será, de ahora en adelante, un piropo 🙂

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